Greta Thunberg. A estas alturas ya todos hemos oído hablar de ella y de su sincero discurso sobre el cambio climático. Y quién no. Lleva en huelga desde el 20 de agosto. Cada mañana, acudía a la puerta del Parlamento sueco (en Estocolmo) y se sentaba frente a él con una gran pancarta en la mano. Su fin, protestar contra la inacción frente al calentamiento. Al principio, desde el colegio no terminaban de aceptar la huelga; pero finalmente consiguió apoyo dentro y fuera del país por muchos jóvenes del movimiento para la justicia climática.

A sus 15 años, defendía que  hacía esto “porque nadie más está haciendo nada»  Era su responsabilidad moral hacer lo que pudiera y transmitir a los políticos la prioridad que el cambio climático merece. «Que presten atención a este asunto y lo traten como una crisis”.

Además, Greta viaja por toda Europa para que su discurso cale no solo en las personas de su edad, sino también en los adultos. Por el momento, ya ha conseguido que su voz suene alta y clara.

Greta Thunberg tiene el síndrome de Asperger, que en el pasado llegó a afectar a su salud, dice. Sin embargo, ella ve su condición no como una discapacidad, sino como un regalo que le ha ayudado a abrir los ojos frente a la crisis climática.

Greta Thunberg, el discurso del que todos hablan

Te dejamos aquí un vídeo en el que expresa sus razones de huelga, totalmente inspirador. Con ellas ha conseguido movilizar a cientos de niños y niñas de escuelas europeas, que han dejado las aulas para unirse a la protesta.