La semana pasada llegamos a históricos en precios de la luz. Todos los medios se han hecho eco de ello. Así, Greenpeace destaca tres grandes distorsiones en la factura de la luz de los hogares. Poniendo, en el foco del problema, a las cinco grandes empresas comercializadoras de energía. Su importante peso en el mercado provoca, según ha manifestado Greenpeace, «situaciones de abuso eléctrico que impiden que sean las personas el propio centro de un sistema eléctrico eficiente y 100% renovable«.
Sebastian Mang, responsable de política energética de Greenpeace UE, señaló que «muchos de estos líderes europeos se manifiestan públicanmente como adalides de la lucha contra el cambio climático, pero al mismo tiempo siguen financiando la energía sucia».
Greenpeace: su propuesta
Acabar con el dominio del mercado eléctrico
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha indicado que las comercializadoras que pertenecen al mismo grupo empresarial que las distribuidoras de la zona suministraron al 82% del total de consumidores. Y, lo que es más sorprendente todavía, según datos del 2016, en los mercados de ajustes de las mismas cinco empresas que mencionamos antes concentran el 90% de la cuota de mercado. Así pues, la ONG ha insistido al órgano regulador en que las medidas tomadas no son suficientes. Los ciudadanos deberían poder identificar claramente cuál es su compañía y a qué grupo empresarial pertenece
Los ciudadanos deberían ser el centro del sistema eléctrico
En este caso, la organización ecologista hace un llamamiento al Gobierno para que se garantice la participación ciudadana. Indicando que es esencial para impulsar la transición energética a la velocidad que la amenaza del cambio climático requiere.
Aplicar el principio de «quien contamina, paga»
Es decir, que las energías sucias carguen con todas las consecuencias, tanto sociales como ambientales que crean. Asimismo, que se eliminen las subvenciones de las energías contaminantes y peligrosas. De esta forma solo se está perpetuando la dependencia de las importaciones de materias primas caras y contaminantes.