Recientemente (el pasado jueves 22 de noviembre) se publicaba el informe “Electric vehicles from life cycle and circular economy perspectives”, escrito por la Agencia de Medio Ambiente. En él se estudia el impacto ambiental a corto y largo plazo del sector del transporte (de los coches eléctricos en concreto) y se mide el progreso hacia el cumplimiento de objetivos políticos clave relacionados con este sector.

¿Cuáles son estos materiales? Según el citado estudio de la Agencia Europea de Medio Ambiente, “un coche eléctrico llega a utilizar, para la fabricación del motor, de media cuatro veces más cobre y más níquel, así como otros materiales críticos para las emisiones contaminantes”. Entre las soluciones que propone la Agencia para reducir estos problemas de fabricación, encontramos:

¿Sabías que en función de donde se fabrique el vehículo eléctrico en cuestión contamina más o menos? De ahí que la Agencia Europea proponga aumentar el uso de energía renovable en aquellos países donde se producen más baterías: Corea del Sur, Japón y China.

La conclusión del estudio sobre los coches eléctricos

Si bien es cierto que la fabricación de los coches eléctricos genera un mayor impacto, especialmente debido a los materiales utilizados, también reducen las emisiones causantes del calentamiento global y la contaminación en las ciudades.

En concreto, se habla de que las emisiones de fabricación son entre 1,3 y 2 veces más altas que cualquier otro vehículo de motor de combustión. Sin embargo, durante el ciclo de vida de un motor eléctrico, las emisiones son entre un 17 y un 21% más bajas que un vehículo diésel y un 26-30% que uno de gasolina. Por tanto, si hacemos cuentas, es solo un pequeño porcentaje de emisiones (todos ellos durante su proceso de fabricación) las que son consideradas como negativas.

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